¿Cómo cambia el yoga nuestra vida?

¿Cómo cambia el yoga nuestra vida?

Son tantos los beneficios que aporta el yoga a nivel físico, mental y emocional, que se dice que su práctica habitual puede cambiarnos la vida. Basta dedicar diez minutos al día antes de acostarnos para que mejoren nuestros hábitos de sueño, liberar el estrés y conseguir un mejor descanso. Además, a medida que avanzamos en la práctica, alcanzaremos un profundo estado de bienestar y empezaremos a notar los beneficios que nos servirán de estímulo para seguir avanzando.

La conciencia del cuerpo y la mente y sus necesidades, nos ayudará a comprender cuáles son las asanas (posturas) que nos vienen mejor en cada momento.

Pero…¿cuales son los principales beneficios de esta práctica?

  • Mejora la respiración.

El yoga enseña a respirar correctamente. La respiración conocida como abdominal o diafragmática, que en la inspiración se inicia en el abdomen para continuar en la zona intercostal y terminar en la clavícula, y en la espiración sigue el recorrido a la inversa, incrementa la oxigenación de las células. Las asanas, combinadas con una respiración adecuada, mejoran la circulación sanguínea, incidiendo positivamente a nivel cerebral, órganos vitales, musculatura y   resto del cuerpo.  Respirar de manera profunda y a un ritmo pausado equilibra el sistema nervioso, ralentiza el ritmo cardiaco y relaja los músculos.

  • Refuerza el sistema inmunológico

El yoga ayuda a reducir el nivel de cortisol, (la hormona relacionada con el estrés); está demostrado que unos niveles de cortisol elevados pueden provocar cambios de humor, aumento de peso, presión arterial alta, y problemas de sueño y digestivos, entre otros. Además, unos niveles altos de cortisol en sangre provocan cambios en el sistema inmunológico. Al incidir directamente en esta hormona, la práctica del yoga aumenta nuestra resistencia a enfermedades e infecciones.

  • Aumenta la flexibilidad

Uno de los primeros cambios positivos que se perciben al empezar a practicar yoga es el aumento de la flexibilidad, muy importante porque, entre otras cosas, ayuda a evitar lesiones. Es probable que en un principio el cuerpo esté rígido, lo que se percibe con más claridad en las torsiones, pero, con la constancia, estas posturas son las mejores aliadas para aumentar la flexibilidad. También es importante aumentar poco a poco el tiempo en el que se mantienen las asanas. Es fundamental cuidar la alimentación, que debe ser rica en minerales como el azufre y el magnesio y en grasas Omega 3. A medida que aumenta la flexibilidad, desaparecen muchos de los dolores musculares provocados por las tensiones y por las malas posturas.

  • Mejora el equilibrio

Para conseguir equilibrio en las posturas, es necesario ejercitar es la conciencia sobre el cuerpo. Solo con una buena alineación se puede mantener un asana que requiera un cierto nivel de equilibrio. Cuando se practica yoga, es importante mantener la concentración en las sensaciones que produce cada postura, estando presentes en todo momento, y realizando las correcciones que sean necesarias para mejorar. A medida que se adquiera experiencia, el cuerpo aprenderá cómo con un pequeño ajuste se puede recuperar el equilibrio en una postura. A medida que mejora el equilibrio, también lo hace nuestra flexibilidad, ya que las articulaciones se benefician de este tipo de ejercicios.

  • Fortalece músculos y huesos

Tener una musculatura definida no solo mejora el aspecto físico, también protege los huesos, evita lesiones y previene enfermedades como la artritis; por si fuera poco, al mejorar la coordinación, se reducen las caídas en las personas mayores. El yoga ayuda a fortalecer los músculos pero, a diferencia del trabajo de musculación de los gimnasios, evita que se acumule ácido láctico en el cuerpo, lo que provoca fatiga y dolor, y no reduce la flexibilidad, tan importante para la práctica del yoga. En cuanto a los huesos, esta demostrado que el yoga ayuda a reforzarlos y a frenar la pérdida de masa ósea. Además, es fundamental para prevenir lesiones y fracturas, sobre todo en personas con osteoporosis. Con el yoga se consigue mejorar la postura; además, incide en la salud de la columna vertebral, al obtener los discos que separan las vértebras los nutrientes necesarios.

  • Equilibra el Sistema Nervioso

Por último, el yoga estimula la relajación, hace más lenta la respiración y ayuda a equilibrar el sistema nervioso autónomo, compuesto por el sistema nervioso simpático (SNS) y el sistema nervioso parasimpático (SNP). El yoga activa el SNP, que favorece la relajación, reduciendo el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, y facilita la recuperación en situaciones de estrés. Uno de los secretos del yoga documentado en numerosos estudios es que, al combinar posturas dinámicas con la relajación, resulta mucho más eficaz como herramienta para combatir el estrés que cualquier ejercicio de relajación que no vaya acompañado de ninguna otra práctica dinámica. De esta forma, además, se consigue mantener un equilibrio en el sistema nervioso.

«El yoga es como la música: el ritmo del cuerpo, la melodía de la mente y la armonía del alma.» (BKS Iyengar)

Cristina Salar

Doctora en Fisioterapia y Psicóloga

Profesora de Yoga

RYS 200 Yoga Alliance

 

Yoga para mejorar tu suelo pélvico

Yoga para mejorar tu suelo pélvico

Las principales patologías del suelo pélvico suelen ser causadas por un exceso o falta de tono, coincidiendo en ambos casos con una falta de propiocepción del suelo pélvico por parte de nuestros pacientes.

Pero ¿cómo puede ayudar la práctica de yoga a nuestro suelo pélvico?

El suelo pélvico en Yoga se trabaja fundamentalmente a través de la toma de conciencia, la activación y la relajación. La práctica de yoga, a través de las posturas (asanas), de los ejercicios respiratorios (pranayama) y de los cierres energéticos (bandhas) despierta de manera natural la conciencia de nuestro suelo pélvico.

Las ASANAS son las posturas físicas que se practican en yoga, siendo necesario para ellas la estructuración, alineación, control y activación de las estructuras musculoesqueléticas, activación de todas las cadenas musculares y la toma de conciencia del suelo pélvico.

Los PRANAYAMAS son los ejercicios respiratorios que toman conciencia de nuestra inspiración y espiración, teniendo en cuenta el diafragma respiratorio y en consecuencia, el diafragma pélvico.

Los BANDHAS se sitúan en los diafragmas pélvico, abdominal y vocal, siendo los cierres energéticos. El Mula Bandha es uno de los principales bandas y se sitúa en el suelo pélvico. La activación de este bandha nos ayudará al control de la musculatura del suelo pélvico, tanto en la activación o tonificación como en la relajación, siendo necesario para prevenir y tratar las disfunciones de la espera pélvica.

Tanto en las asanas, como en las pranayamas, está presente el Mula Bandha por lo que la práctica de Yoga nos dará un nivel de conciencia mayor de nuestro suelo pélvico desde la activación y/o relajación.

Así la práctica de Yoga es una disciplina ideal, como complemento de la terapia o como medida de prevención, para tener una buena propiocepción y tono de toda la musculatura de nuestro suelo pélvico y CORE.

Cristina Salar

Doctora en Fisioterapia

Especialista en Suelo Pélvico y Yoga Terapéutico

El derecho a elegir

El derecho a elegir

“La mujer del siglo XXI es una mujer que piensa vive y actúa de una manera muy diferente de sus abuelas y bisabuelas. Pero si bien dispone de un lugar nuevo en la sociedad, continua llevando en ella los modelos de las mujeres de su familia, ignorando el papel festivo regenerador y estructurante de la sexualidad”. Daniele Flaumenbaum

“Y mi capacidad de elección tiene que venir porque yo quiero, por tener placer, nunca por no tener dolor, o dejar de elegir por una disfunción o insatisfacción sexual.”

La mujer tiene que creerse merecedora de sentir placer en el plano sexual y enterrar la idea tan errónea que tienen muchas mujeres que se resignan o aseguran que el sexo no es para ellas.

Por lo tanto hay que conocerse y reconocerse, y si la mujer no desea, que sea por su propia elección y no rechazar su vida sexual ,porque tenga una dispaurenia (dolor), anorgasmia, o una disfunción del placer que le lleve a una negativa.

La fisioterapia del suelo pélvico puede solucionar los problemas con cierta facilidad.

Las técnicas de fisioterapia van encaminadas según la disfunción que exista.

Técnicas de propiocepción, relajación o tonificación muscular, aumento de elasticidad de los tejidos y desensibilización del área dolorosa.

La mujer tiene que tener información de los tratamientos actuales para las disfunciones sexuales, es por ello muy importante abrir puertas que todavía tan cerradas y se consigue creando centros como Corporal Control donde la mujer tiene una espacio con especialistas para sus consultas y tratamientos.

Mer Blanquet