La continencia también se educa

La continencia también se educa

Unos 500.000 niños se ven afectados por la enuresis (pérdida incontrolada de orina durante el sueño), problema que puede darse hasta en adolescentes y adultos y que puede causar en los pacientes «déficit de atención», «bajo rendimiento escolar» y «dificultad para dormir».

Para que se considere enuresis una enfermedad debe producirse en niños de a partir de 5 años de edad y deben orinarse por lo menos durante cuatro veces al mes durante tres meses consecutivos, aunque es cierto que tras la continencia diurna, debería darse la nocturna en un tiempo próximo.

Se trata de un problema médico común en la niñez, ya que aproximadamente entre el 5 y el 10 % de los niños de 7 años mojan sus camas regularmente, un problema que puede persistir en la adolescencia y la edad adulta.

Las causas de esta patología son múltiples: pueden producir más orina de lo normal por la noche, puede ser que el tamaño de la vejiga sea menor al que corresponde por edad, puede deberse a una falta de control, propiocepción y tono de su suelo pélvico  o por causas psicológicas…

En menos del 10 % la causa es psicológica, mientras en más del 90 % la causa es puramente médica y además muy fácil de corregir, previa realización del estudio y tratamiento adecuado, pudiendo prevenir y/o tratar los más de  500.000 niños que padecen esta enfermedad en España.

Porque muchas veces los padres no saben  cómo realizar la «retirada de pañales» y esto influye en la futura continencia tanto diurna como nocturna.

Pero… ¿cuándo es el momento de retirar el pañal?

Quitar los pañales no sólo depende de la edad sino también de su nivel de desarrollo psicomotor. La mayoría de los niños suelen conseguirlo alrededor de los 2 años pero hay niños que tardan más y no por eso significa que tengan algún problema.

No te presiones con el momento exacto, el niño ha de estar preparado y que la elección del momento no dependa solo de su edad o la llegada del calor…

Tenemos que enseñar a nuestro hijo a que reconozca las distintas partes de su cuerpo y lo que ocurre con ellas.

Por eso hay que familiarizarse con los términos de pipí, caca, vater, orinal.  Le ayudaremos a tener consciencia de sus necesidades, a identificar si tiene ganas de  ir al baño. Cuando veamos señales claras debemos preguntarle “¿Te estás haciendo pipi?, ¿Quieres hacer caca?”.

Es importante también enseñarles la diferencia entre estar limpio y seco, o sucio y mojado y, por supuesto, nunca reñirle si se ha hecho pipi/caca y no han avisado o lo han detectado. Para que un niño sepa lo que es «estar mojado» tienen que haberlo experimentado previamente sin desaprobación por parte de sus padres para que poco a poco sean capaces de «escuchar» las señales de su cuerpo.

¿Cómo podemos ayudarle?

Ve con tu hijo a comprar un orinal y si rechaza  el orinal poner  un adaptador al water…igual prefieren «ser como los mayores» y  no usar  un dispositivo diferente.

– Aprovechad las ocasiones en las que los papas (o hermanos) van al baño para que os vean y repitan patrones, porque para ellos es más agradable hacerlo en el pañal y que sus papás lo cambien, que sentarse en el orinal o en el water.

– Intentad que el niño se siente en el orinal sin pañales y sin prisa, y cuando  ocurra  mostrad alegría y satisfacción y no comentarios como «uf  que  caca más grande, huele a  caca, qué  mal huele…»

– Debemos enseñar a nuestros niños a “escuchar” las señales de su cuerpo,  preguntándoles y  premiando  cuando  lo detectan, nunca castigando o rechazando la no identificación.

– Es muy importante reforzar los pequeños logros que vayamos obteniendo: «Ya eres muy mayor», «Lo haces tan bien como lo hace mamá/papá/hermano», «¡Lo has hecho tú solito!». Incluso se puede realizar un mural con los logros cada vez que va al baño para hacer pipí o caca, poniendo solecitos y montañas…. cuando su pañal está seco y son capaces de ir o avisar de su deseo de ir al baño.

– Siéntale siempre a las mismas horas en el orinal, preferiblemente después de las comidas, y no más de 10 minutos si no desea continuar. Llévale al baño con frecuencia, sobre todo al principio. Aprovechar cuando se despiertan o se levantan de la cama para ponerlos en el orinal/water ya que por el cambio de postura posiblemente la micción o defecación se den.

– Cuando tenga “un accidente” pondremos cara de desaprobación, pero no de enfado, ni debe haber ni gritos ni castigo… Debemos hacerle entender dónde se hace el pipi o caca y que participen en quitarse la ropa o incluso dejarla en la lavadora… haciéndolos responsables y partícipes de la tarea y conscientes de que ha estado mal, explicándoles cómo se hace bien.

Lo más importante en todo este proceso es tener PACIENCIA, celebrar todos y cada uno de los pequeños avances y NUNCA reñirles, castigarles o avergonzarles por los pequeños accidentes que, sin duda, tendrá.

¿Y cómo podemos ayudarle a tener mayor control de la micción/defecación y de su suelo pélvico?

Es frecuente que nuestros peques no se sienten solitos o comiencen a andar a la «edad que se supone tendrían que hacerlo» y como padres dedicamos tiempo a ponerlos en estas posturas y facilitar dichos logros…

Entonces…¿por qué cuando un niño no es capaz de tener control sobre su continencia o no alcanzan el control de esfínteres en los «tiempos estandarizados» no se trabaja y se estimula el control del suelo pélvico…?

Como hemos explicado sólo un 10% de los problemas de incontinencia son debidos a causas emocionales… por lo que una buena educación unida al trabajo del suelo pélvico de mano de fisioterapeutas especializados pueden ayudar a realizar una «retirada de pañales» de una forma eficaz, un control de la micción y de la defecación de una forma sana y consciente, y una prevención y tratamiento de la incontinencia diurna y nocturna.

Cristina Salar Andreu

Doctora en Fisioterapia

Especialista en Suelo Pelvico y Pediatría