El dolor pélvico crónico, ese gran desconocido…

El dolor pélvico crónico, ese gran desconocido…

El dolor pélvico crónico (DPC) es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos los profesionales del suelo pélvico.

La dificultad para dar con el diagnóstico o hallar el origen, la relación con otras patologías y la multifactorialidad del mismo, hacen que los pacientes lleguen con meses de evolución y unos cuadros médicos de difícil abordaje y tratamiento.

Pero…¿qué es el dolor pélvico crónico?

Es un síndrome caracterizado por la presencia de dolor en la región pélvica,  que se prolonga durante al menos seis meses, ya sea de forma continua o intermitente.

Puede afectar a hombros y mujeres, no es dependiente de la edad y puede llegar a ser muy incapacitante y difícil de diagnosticar, ya que al no identificarse la causa del dolor, los pacientes pasan de un especialista a otro, llegando a nuestra consulta tras meses de evolución.

Este dolor puede ser constante y leve, o agudo, pude ser continuo o intermitente, en un punto específico o en toda la región pélvica…
Una de las singularidades del dolor pélvico crónico es que la causa que lo originó (por ejemplo, una infección) puede haber desaparecido y, sin embargo, las estructuras pélvicas o intrapélvicas (músculos, ligamentos, articulaciones, etc.) estar afectadas y ser responsables de la cronificación y exacerbación de los síntomas, los cuales a su vez pueden producir una disfunfunción a nivel del sistema nervioso central haciéndolo más sensible a los estímulos.

Las causas son tan diversas que por ello es difícil establecer a veces un diagnóstico, estando entre ellas las causas ginecológicas cíclicas (dolor de la ovulación, dismenorrea, síndrome premenstural…) las causas ginecológicas no cíclicas ( enfermedad pélvica inflamatoria, endometriosis, malposición uterina, síndrome de congestión pélvica…), causas gastrointestinales (síndrome de colon irritable, enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la diverticulosis, las hernias…), causas uroginecológicas (cistitis, cistouretritis, urolitiasis…), causas neurológicas (atraimiento del nervio pudendo…), causas muscoloesqueléticas (síndrome de dolor miofascial….) y causas psicosociales…

El tratamiento conjunto de ginecólogos, urólogos, anestesiólogos de unidades de dolor, fisioterapeutas, psicólogos clínicos, gastroenterólogos, coloproctólogos, médicos rehabilitadores… hace que esta patología de difícil diagnóstico y tratamiento sea posible de abordar desde una vertiente multidisciplinar, aumentando las posibilidades de éxito.

La vida es mejor sin dolor… controla tu cuerpo, olvida tus límites.

Dra. Cristina Orts

Dra. Cristina Salar

Especialistas en Pelviperineología y Dolor 

 

¿Como podemos evitar el debilitamiento del suelo pélvico?

¿Como podemos evitar el debilitamiento del suelo pélvico?

Se denomina suelo pélvico al conjunto de estructuras y de músculos que cierran la parte inferior de nuestra pelvis y que tiene las funciones de sostén, continencia, sexual y reproductiva.

Para que estas cuatro funciones se desarrollen de manera correcta es muy importante que mantengamos en forma nuestro suelo pélvico y evitemos en la medida de lo posible los factores de riesgo y las prácticas que lo debilitan.

Las causas del debilitamiento del suelo pélvico incluyen factores como:

  • la menopausia
  • el embarazo, parto, y postparto
  • el estreñimiento crónico
  • la tos crónica
  • sobrepeso y obesidad
  • levantar o arrastrar peso
  • malas posturas prolongadas
  • ejercicio hiperpresivo o de alto impacto
  • la ropa ajustada
  • componente genético

Pero ¿cómo podemos evitar la debilidad de nuestro suelo pélvico?

En primer lugar reforzando la musculatura a través de técnicas de fisioterapia, ejercicio físico y/o dispositivos diseñados para este fin como bolas chinas, conos vaginales, electroestimulación, biofeedback…siempre guiado y aconsejado por tu fisioterapeuta especialista en suelo pélvico y tras la valoración del mismo.

Además el ejercicio físico nos ayudará a trabajar la cincha abdominal. El músculo transverso del abdomen es el aliado perfecto para nuestro suelo pélvico, colaborando al contrarrestar el debilitamiento del suelo pélvico.

La técnica correcta a la hora de ir al WC nos hará no someter al suelo pélvico a esfuerzos. Adoptando la postura correcta y soltando el aire de la forma adecuada podremos evacuar sin dañar nuestro suelo pélvico.

De vital importancia también es llevar una alimentación adecuada que evite el sobrepeso y el estiramiento.

El ejercicio físico es importante, pero este también debe ser adecuado y ante patología de suelo pélvico o riesgo de padecerla (postparto, menopausia, etc…) es necesario realizar un programa de ejercicio específico para el trabajo del CORE y de la musculatura del suelo pélvico, así como realizar actividades que no sometan al periné a impactos ni a hiperpresiones.

El trabajo respiratorio también es importante a la hora de prevenir las afecciones como el asma, bronquitis, etc…que producirán continuos estornudos y/o tos, que aumentarán la presión y desplazarán el contenido abdominal hacia nuestro suelo pélvico. Una buena liberación del diafragma y una buena técnica respiratoria, prevendrá lesiones de la esfera pélvica, mejorará nuestro rendimiento deportivo y nuestra calidad de vida.

Por último, la corrección postural es muy importante en nuestro día a día, desde como sentarnos y levantarnos, hasta como levantar peso o estar sentados en la oficina…evitando así la presión y lesión de nuestro suelo pélvico.

Porque la prevención viene determinada por el cuidado y la valoración…cuida tu suelo pélvico antes de que sea tarde.

Cristina Salar

Doctora en Fisioterapia

Especialista en Suelo Pélvico y Fisiosexología

¿Cómo influye la postura en nuestro suelo pélvico?

¿Cómo influye la postura en nuestro suelo pélvico?

El suelo pélvico es el conjunto de estructuras que se localizan en la parte inferior de nuestra pelvis y que principalmente desarrollan una función sexual, así como de sostén y continencia.

En el caso de las mujeres, estas estructuras se ven sometidas a numerosas situaciones que pueden conducir a que su musculatura se debilite como consecuencia del aumento de peso durante los embarazos, los efectos derivados de los partos, la menopausia con su déficit de estrógenos,  la creciente tendencia a practicar deportes que implican un continuo impacto sobre dicha musculatura como ocurre en el running o el pádel, el estreñimiento crónico y el sobrepeso.

Además de todos estos factores, el hecho de mantener una mala postura hará que estas estructuras se debiliten con mayor facilidad.

En concreto, aquellas personas que al ponerse de pie adoptan una postura caracterizada por “barriguita prominente” y “culo hacia arriba” como consecuencia de la debilidad de la pared abdominal y de una hiperlordosis, van a ocasionar que el peso de las vísceras pélvicas no caiga en el punto central del periné (núcleo fibroso central) sino que caerá sobre la parte anterior del suelo pélvico.

La musculatura de la parte anterior del periné al estar sometida de forma continua al peso visceral entrará en fatiga debilitándose. Al tiempo que esta musculatura se debilita, otras estructuras como las fascias y los ligamentos de la pelvis deberán entran en tensión con el objetivo de mantener la estabilidad de la zona.

Por un lado el debilitamiento de la musculatura dará lugar a posibles prolapsos, incontinencias y alteraciones sexuales, todo lo cual se puede ver agravado por un aumento de la tensión las fascias y ligamentos que acabarán ocasionando un cuadro de dolor miofascial o dolor crónico del suelo del suelo pélvico.

Por lo tanto, para evitar todos estos problemas, es necesario mantener en forma nuestro suelo pélvico, así como cuidar nuestra postura evitando que las estructuras relacionadas con el suelo pélvico como son el diafragma, los músculos abdominales y la zona lumbar, sufran alteraciones que puedan ocasionar alteraciones funcionales del suelo pélvico.

En aquello casos en los que se produzca un debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico será necesario llevar a cabo ejercicios que tonifiquen esta musculatura introduciendo progresivamente el peso visceral sobre ellos (desde tumbado a de pie), potenciación del músculo transverso del abdomen por su relación directa con la fascia pélvica, cuidados alimenticios que eviten el estreñimiento y el sobrepeso, y mantener una correcta postura corporal.

Porque como dijo Joseph Pilates “los hábitos incorrectos en el día a día son los responsables de la mayoría de las dolencias que sufrimos”.

Controla tu cuerpo, olvida tus límites.

Cristina Orts

Doctora en Fisioterapia

Experta en Suelo Pélvico y Postura

Afrodisíacos: ¿mito o realidad?

Afrodisíacos: ¿mito o realidad?

“Algo que proporcione osadía, arrojo, intrepidez; una sustancia del paraíso perdido, de las fuentes de la eterna juventud, de los árboles con frutos prohibidos, de las piedras filosofales, de las plantas evocadoras de falos y vaginas…”



¿Qué entendemos por afrodisíaco? Seguro que muchas veces has escuchado hablar sobre sustancias con efectos afrodisíacos o libidinosos: alimentos, olores, hierbas… Pero, ¿A qué nos referimos específicamente cuando hablamos de que una sustancia provoca este tipo de efectos?

La importancia de esta aclaración reside en que confirmar si estas sustancias afrodisíacas son un mito o no va a depender directamente de ella. 

Si por Afrodisíaco entendemos cualquier sustancia capaz de provocar en hombres y mujeres un inminente aumento del deseo de un encuentro sexual, lo sentimos, debemos ser muy estrictos en aclarar de una vez por todas que no, los afrodisíacos como tal no existen.



“Los hombres han buscado durante años, aunque generalmente en vano, sustancias sexualmente estimulantes. La mayor parte de los llamados afrodisíacos son farmacológicamente inactivos. Si aumentan la conducta erótica, es exclusivamente a un efecto placebo” señalaba Kaplan ya en 1996, respaldada por numerosos estudios científicos posteriores.
No existe en la naturaleza ni, hoy por hoy, en los laboratorios que produzca la aparición del deseo y las ganas de mantener relaciones sexuales, de hecho el deseo sexual es en la actualidad todavía un proceso que guarda numerosas incógnitas para los expertos en sexualidad humana. Pero entonces, ¿de dónde proviene esta creencia?

En la Europa medieval fue la mandrágora, por su forma de hombre, en África, el pene de león en polvo, en China, el cuerno de rinoceronte, y así podríamos continuar enumerando cientos de sustancias conocidas tradicionalmente por sus supuestos efectos sobre la activación sexual. Tradicionalmente se ha tenido constancia de la búsqueda incansable de este tipo de sustancias naturales que provocaran que hombres y mujeres se dieran rienda suelta a sus instintos más salvajes. Y no fue en vano, ya que comenzaron a descubrirse efectos específicos de determinadas sustancias que influían en sistema nervioso humano y por tanto, en determinados procesos básicos del ser humano, entre ellos, la actividad sexual.


Obviamente existen incontables sustancias que producen diversos efectos fisiológicos en nuestro organismo: vasodilatación, aumento del flujo sanguíneo, segregación de hormonas determinantes en nuestro bienestar como son la dopamina o la serotonina, incluso algunas que nos hacen sentir más activos y vitales como la testosterona; pero la realidad es que ninguno de estos efectos tienen influencia directa sobre el deseo sexual. Son activadores generales, lo que provocan es que nos sintamos más a gusto en general y que tengamos más ganas de hacer cosas. En sí mismos no aumentan el deseo sexual. Es decir, en caso de excitarnos sexualmente o simplemente sentir ese deseo previo a la excitación, haber consumido un vasodilatador facilitará el flujo sanguíneo en nuestros genitales. Pero, y he aquí la clave, en caso de no existir un estímulo o razón para tener ganas de actividad sexual, el consumo de tal sustancia será totalmente inútil. Y es que, ninguno de los efectos anteriores puede compararse al efecto placebo. La idea de pensar que una sustancia vaya a provocar determinado efecto en nosotros, es suficiente para provocarnos tal efecto en menos de lo que canta un gallo. 



En estas consecuencias inmediatas se basa Pere Estupinyà cuando afirma “Los afrodisíacos no son un mito, pero el clásico chocolate o vasito de vino que mejoran nuestro humor y aumenta la sensación de bienestar continuarían siendo, junto con placebos de distinto origen, una de las mejores opciones para facilitar el encuentro sexual”.

Porque en términos de deseo sexual siempre será más efectiva una buena conversación, un agradable rato de risas o una cena agradable con alguien que nos atraiga. 

Y es que el ginseng, la canela, el chocolate, los higos, la Viagra, el marisco, la nuez moscada y toda la retahíla de productos comercializados con objetivo de aumentar el deseo, no son más que eso, un fructífero comercio.

Marta Torres

Psicóloga

Especialista en Sexología y Terapia de Parejas

Yoga para mejorar tu suelo pélvico

Yoga para mejorar tu suelo pélvico

Las principales patologías del suelo pélvico suelen ser causadas por un exceso o falta de tono, coincidiendo en ambos casos con una falta de propiocepción del suelo pélvico por parte de nuestros pacientes.

Pero ¿cómo puede ayudar la práctica de yoga a nuestro suelo pélvico?

El suelo pélvico en Yoga se trabaja fundamentalmente a través de la toma de conciencia, la activación y la relajación. La práctica de yoga, a través de las posturas (asanas), de los ejercicios respiratorios (pranayama) y de los cierres energéticos (bandhas) despierta de manera natural la conciencia de nuestro suelo pélvico.

Las ASANAS son las posturas físicas que se practican en yoga, siendo necesario para ellas la estructuración, alineación, control y activación de las estructuras musculoesqueléticas, activación de todas las cadenas musculares y la toma de conciencia del suelo pélvico.

Los PRANAYAMAS son los ejercicios respiratorios que toman conciencia de nuestra inspiración y espiración, teniendo en cuenta el diafragma respiratorio y en consecuencia, el diafragma pélvico.

Los BANDHAS se sitúan en los diafragmas pélvico, abdominal y vocal, siendo los cierres energéticos. El Mula Bandha es uno de los principales bandas y se sitúa en el suelo pélvico. La activación de este bandha nos ayudará al control de la musculatura del suelo pélvico, tanto en la activación o tonificación como en la relajación, siendo necesario para prevenir y tratar las disfunciones de la espera pélvica.

Tanto en las asanas, como en las pranayamas, está presente el Mula Bandha por lo que la práctica de Yoga nos dará un nivel de conciencia mayor de nuestro suelo pélvico desde la activación y/o relajación.

Así la práctica de Yoga es una disciplina ideal, como complemento de la terapia o como medida de prevención, para tener una buena propiocepción y tono de toda la musculatura de nuestro suelo pélvico y CORE.

Cristina Salar

Doctora en Fisioterapia

Especialista en Suelo Pélvico y Yoga Terapéutico

¿Debo acudir a un sexólogo?

¿Debo acudir a un sexólogo?

A pesar de la todavía creciente apertura al mundo sexual a través del cine, la lectura y las redes sociales dentro del mundo de la tecnología, parece que en lo que se refiere a nuestra salud psicológica, emocional y sexual estamos aún algo rezagados. La sexualidad mueve cada uno de nuestros actos diarios aún de manera inconsciente, desde la ropa que elegimos por la mañana, pasando por el lugar que ocupamos en el transporte público de camino al trabajo, hasta incluso cada nuevo post en nuestro perfil de Instagram. Todo ello viene modulado en última, o en primera instancia, por nuestro cerebro sexual.

Pero, si tan unido está a nuestras vidas el sexo, si todos lo experimentamos de una u otra manera, ¿por qué entonces aún sentimos cierta rigidez o incomodidad al pensar en acudir a una consulta de sexología? ¿no es normal que surjan desajustes, dudas, problemas o retos? ¿y no es lógico querer vencerlos?

. La sexualidad es libre, universal y distinta en cada una de las personas que habitan el mundo, por lo tanto cada uno vivirá ese área de la manera que mejor se adapte a sus exigencias y necesidades.
Ahora bien, hay etapas en las que a veces sin razón aparente, a veces con motivo determinado y conocido, algo comienza a funcionar de modo distinto. No mal, solo distinto. Lo que nosotros pensemos de ello, lo que sintamos ante ese cambio y la manera en la que nos comportemos hacia el mismo, determinará en gran medida el camino que tomará nuestra sexualidad, desarrollando lo que entenderemos como un “problema sexual”. Simplemente porque no es como antes, como nos gustaba y no es lo que queremos mantener. Seguramente si ocurriera algo parecido con nuestra dieta, no tardaríamos demasiado en teclear “nutricionista” seguido de nuestra localidad para comenzar a informarnos y modificar nuestros hábitos nutricionales, lo comentaríamos con compañeros de trabajo y familia y buscaríamos el mejor profesional en el que confiar nuestra dieta para reajustarnos y volver a nuestra experiencia positiva. ¿Por qué entonces no hacer lo mismo en cuanto al seo?

Un sexólogo es un profesional del ámbito de la salud formado específicamente en el área de la sexualidad humana. De la misma manera que un psicólogo puede ayudarnos en ciertos momentos de nuestras vidas acompañándonos y guiándonos en el proceso de mejora y aprendizaje de estrategias vitales que nos permitan reajustarnos para mejorar una situación personal determinada, el sexólogo en este caso, hará la misma labor en lo concerniente a la vida y salud sexual, ya sea de manera individual o en pareja. 

Acudir a un profesional de la sexualidad y ponernos en sus manos ayudará primero a que comprendamos nuestra situación, aprendamos nuevas herramientas para trabajar lo que queremos transformar y así podamos vernos reforzados al solucionar la situación que nos incomodaba.

¿Qué aspectos podemos mejorar con un sexólogo?

Cualquier aspecto relacionado con la experiencia sexual de una persona, que la misma considere importante y necesario atender de manera especial, es susceptible de beneficiarse de la terapia en sexología. 

Algunas de las disfunciones sexuales con mayor demanda de tratamiento en nuestro centro son:

  • Anorgasmia
  • Vaginismo
  • Dispareunia
  • Disfunción eréctil
  • Eyaculación precoz
  • Eyaculación retardada
  • Bajo deseo sexual
  • Fobias sexuales
  • Aversión al sexo

Pero no solamente las disfunciones sexuales son la causa de visita a la consulta de sexología, también es común encontrar clientes que buscan mejorar su sexualidad sin necesidad de la existencia de problemas sexuales, así como parejas que buscan resolver conflictos de su relación que les han generado problemas en diferentes áreas como la comunicación, conductas agresivas, pensamientos derrotistas y respuestas emocionales desadaptativas.

Así, independientemente de en qué circunstancia, orientación, fase o condición de su sexualidad se encuentre una persona, hay posibilidades de compartirlo, apoyarse en alguien que ayudará a trabajar en ello con el fin de lograr disfrutar de una sexualidad propia, sana y positiva.

Marta Torres

Psicóloga

Especialista en Sexología y Terapia de Parejas